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Haz tus pausas y almuerzos más ecológicos

La pausa (sagrada) del café a media mañana o la hora de la comida son dos de los momentos de relax más celebrados dentro de la jornada laboral. Pero incluso en esos ratos de distensión donde aparcamos las obligaciones durante unos minutos (o varios cuartos de hora, en función del compañero o compañera), podemos aprovechar para cumplir, y no precisamente con el personal de dirección, sino con el planeta. Aquí te damos unas pistas para ser un poco más ecológicos incluso desde la "cocina-office".

Haz tu pausa más ecoHaz tu pausa más eco

Nada de usar y tirar...

Desde el 'tupper' a los vasos y los cubiertos. Procura utilizar material no desechable. Sabemos que es cómodo y tentador echar mano de la pila de vasos de usar y tirar dispuestos junto a la fuente o la cafetera, pero le haces un favor al medio ambiente si el chorrito de café cae sobre tu propia taza de cerámica. Lo mismo para el agua: hay botellas metálicas isotérmicas que conservan mucho mejor la temperatura tanto de bebidas frías como calientes.


Claro está, siempre hay que disponer de recursos para quienes -esto es frecuente tras el fin de semana- anuncian su pausa de la comida al grito de "¡me he olvidado los cubiertos!" -precedido de alguna palabra de esas que nos enseñan a no decir de niños-. Para esos casos, una mínima provisión, por parte de las empresas, de accesorios de recepción y alimentación siempre es de agradecer. Sí, aunque sean desechables, pero por lo menos son "ecorresponsables".

Evita colas y ahorra electricidad

Hemos visto cosas que jamás creeríais (Vangelis, por favor, vuelve de donde estés y ponle música de nuevo a esta frase). Colas de gente esperando ante el microondas cual acceso a la costa un fin de semana de julio. Esta escena es muy evitable. La nevera de la cocina-office es una aliada magnífica para que las lentejas -"anoche las probé y han quedado buenísimas"- no se agrien en la franja que va de la mañana hasta la hora de la comida. Pero claro, si van directas de la nevera al microondas, los 5 o 6 minutos de calentamiento -extensible al ánimo de los compañeros que aguardan su turno- no te los quita nadie.


Saca la comida del frigorífico una hora antes de consumirla. Verás cómo la factura energética y el tiempo de uso del microondas se reduce considerablemente. Si, ya de paso, usas una mochila isotérmica para llevar tus 'tuppers' al trabajo, estarás más cerca del máster en ecología cotidiana, ya que en muchas ocasiones no hará falta que la comida pase por la nevera.

Otro rollo

En horas de máxima afluencia en la cocina, todos hemos visto girar el rollo de papel de cocina más rápido que el torno de alfarero en la película Ghost. Ese pliegue doble de papel como mantel improvisado es una buena idea, sí, pero es aún mejor utilizar manteles reutilizables de paño o tipo esterilla enrollable. Que sí, que os agradecemos -y mucho- que nos compréis bobinas de papel de secado, pero como empresa ecorresponsable también proponemos buscar un término medio (fabricar papel también tiene sus costes, por muy ecológico que sea el producto final).

El destino final

Acaba la pausa-café o el tiempo de comida. ¿Dónde van los restos de todo lo utilizado? Si en la empresa disponéis de contenedores para separar y clasificar residuos, es que ya estáis en el muy, muy buen camino. Cada pequeño gesto cuenta y, en conjunto, todo será más fácil de "digerir" para el planeta.