Compra rápida
0,00 € sin IVA
Cesta vacía...
Descubro mis promocionesEn el trabajo, como en todos los ámbitos, hay formas y formas de decir las cosas. Muchas veces ignoramos que la comunicación debería ser un activo más en las empresas, casi tan importante como la presentación de cuentas a final de año. En concreto, poner en práctica el modelo de comunicación asertiva nos puede ayudar a crear un entorno mucho más fluido y relajado.
Comunicar de forma asertiva implica una mezcla de expresar opiniones y, a la vez, dar a entender a la otra persona qué sentimientos nos produce una determinada actitud o circunstancia. Por supuesto, la asertividad también implica interesarse activamente por entender cómo se siente la otra persona (una evolución de lo que toda la vida se ha conocido, por más que a veces se olvida, como "empatía"). Los 4 ejes de la asertividad:
Un ejemplo: "Ay, no me has avisado de que venías [hecho]. Ahora estoy un poco nerviosa y saturada porque tengo que acabar una cosa [expresión de sentimiento y necesidad]. Por favor, antes de venir, avísame por chat o por email. O, si es una urgencia que te preocupa, dime otra forma en que te pueda ayudar [petición concreta e invitación a que la otra persona exprese su inquietud]"
Pues no (bueno, o no siempre). La asertividad no es un concepto de hace cuatro días. De hecho se inspira en los fundamentos de la "comunicación no violenta" ideada por el psicólogo Marshall Rosenberg en la década de 1960, quien a su vez se inspiró en la filosofía de Gandhi.
Puede parecerlo, pero la comunicación asertiva en realidad ayuda a generar debates y a expresar con vehemencia aquello que sentimos. Que ayude a resolver conflictos no quiere decir que desaparezcan las discusiones.
Ayuda a resolverlos, pero también ayuda a expresar de forma continua posicionamientos personales, evitando que nos los quedemos para adentro (ese encierro emocional, a la larga, genera frustraciones).
Expresar sentimientos y peticiones concretas no requiere hablar con el tono mecanizado de Google Maps. Se pueden integrar los ejes de la comunicación asertiva, reordenándolos si es necesario y expresándolos con lenguaje común, en cualquier conversación.
Nos guste o no, nuestras emociones viajan con nosotros desde que entramos por la puerta. Gestionarlas de forma asertiva nos conecta con nuestro propio carácter humano y pueden ser una buena receta para prevenir el síndrome "burn-out" (quemarse en el trabajo).
¿Te ves capaz de poner en práctica la comunicación asertiva?